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Iglesias en Landas/Gascuña
Iglesia de Arx
Orígenes lejanos
Esculturas del siglo XII en las iglesias de las Landas demuestran que el conocimiento de la gaita es muy antiguo en nuestro departamento. -
Con Juraj Dufeck
El boha y el gadjy
MISTERIO
La boha es muy diferente de las demás gaitas de Francia, pero muy parecida a las gaitas eslovaca o húngara. -
Postales de Ferdinand Bernède
L'omelette des bergers
La première photo de la boha date du 19ème siècle.
Nous la devons à Félix Arnaudin, Ferdinand Bernède au travers de ses célèbres cartes postales a également contribué à populariser la cornemuse landaise. -
Música tradicional de las Landas
Un universo increíble e insólito
Yan Cozian ha publicado numerosas obras: libros, CD y DVD
LA BOHA
A BOHA, LA CORNAMUSA DE LAS LANDAS DE GASCUÑA
Un instrumento muy diferente a las otras cornamusas de Francia.
LA BOHA, LA CORNAMUSA DE LAS LANDAS.
Un territorio histórico.
Históricamente esta cornamusa se tocó principalmente en el Departamento de Las Landas, e igualmente en el Sur del Departamento de Gironde y el Este del Departamento de Lot y Garonne.
Si debemos referirnos a un territorio identificado, este sería el de Las Landas de Gascuña.
En el presente, al igual que otros instrumentos, la boha se toca mucho más allá de su zona histórica. Hay bohaires, por ejemplo, en España, Italia o Reino Unido
A BOHA, LA CORNAMUSA DE LAS LANDAS DE GASCUÑA
Un instrumento muy diferente a las otras cornamusas de Francia.
LA BOHA, LA CORNAMUSA DE LAS LANDAS.
Un territorio histórico.
Históricamente esta cornamusa se tocó principalmente en el Departamento de Las Landas, e igualmente en el Sur del Departamento de Gironde y el Este del Departamento de Lot y Garonne.
Si debemos referirnos a un territorio identificado, este sería el de Las Landas de Gascuña.
En el presente, al igual que otros instrumentos, la boha se toca mucho más allá de su zona histórica. Hay bohaires, por ejemplo, en España, Italia o Reino Unido
Fruto probable de una evolución.
La complejidad organológica de esta cornamusa lleva a pensar que este instrumento es seguramente, como en el caso de numerosos instrumentos, fruto de una lenta evolución.
Es poco probable que alguien se haya despertado un día con la revelación de tener que inventar una cornamusa, y que haya hecho dos agujeros sobre una misma pieza de madera, añadieno el brunider en un extremo.
Es más factible que, corriendo el tiempo y la imaginación de los músicos, se añadiera un segundo tubo melódico al primero, y que después se rematara con un alargamiento, en respuesta a las necesidades del músico.
Lo que está claro es que los instrumentos de finales del s. XIX o principios del s.XX que hemos encontrado, y por observaciones de otros, pueden presentar ligeras diferencias : 6 ó 7 agujeros melódicos, lengüetas de caña o con soportes de plomo, o el brunider agujereado.
Fuente : Lothaire Mabru. « La cornemuse des landes de Gascogne », Belin-Beliet : Centre Lapios/Cahiers du Bazadais, Ed. Les Amis du Bazadais, 1986.
Declive y renacimiento de la boha.
A partir de comienzos del s.XX numerosas circunstancias coincidentes llevaron al progresivo declive de la boha, y más tarde a su desaparición : aparición de instrumentos más modernos, nuevas modas, nuevas danzas…
Una tradición en constante evolución :
La recuperación de la boha tuvo lugar en los años 70, y las tonalidades en las que se tocaba estaban en torno al Do y al Sib.
Durante más de 20 años, de los 70 hasta mediados de los 90, los fabricantes de instrumentos reprodujeron de manera idéntica las cornamusas encontradas. En muchos aspectos estas bohas respondían a características propias de las de los músicos de antaño, en particular, a un volumen sonoro potente, que era necesario para ser oído por los danzantes en una época en la que no existía la sonorización.
Pero nosotros, jóvenes músicos de aquella época, vivímos generalmente esta potencia sonora como un inconveniente, como un obstáculo para nuestra naciente práctica musical. También para quienes tocaban a nuestro lado : era difícil hacerse oír a un violín o una zanfona cuando sonaba una de aquellas bohas.
En los años 80 la mayoría de los acordeonistas eligieron pasar de la afinación en Do/Fa a la de Sol/Do, y las tonalidades de la boha los siguieron. Al bajar una cuarta, y ser más grave, el volumen sonoro disminuyó, y se modificó enormemente el timbre, pasando a ser más apropiado para nuestras circunstancias de ejecución, pero más alejado del original.
Bajo el impulso de Alain Cadeillan, a mediados de los 80, la organología de la boha evolucionó. Siendo un manitas genial, y a partir de un astuto sistema de tapones, consiguió ampliar las posibilidades del instrumento añadiendo nuevos agujeros melódicos. Más tarde encontró la posibilidad de afinar el brunider en tono menor, y además añadió al odre un tubo de acompañamiento pedal independiente.
A comienzos de los 90 este tipo de organología empezó a difundirse, y, hoy día, la mayoría de los bohaires tocan con pihets de 8 agujeros melódicos.
Video sobre la manera de tocar una boha de 8 agujeros + bordones
Para descubrirla con más detalle: http://www.cornemuselandaise.fr/
LA FABRICACIÓN
UN SABER HACER ÚNICO
La fabricación Cozian.
La gama esta amlplia, y va desde la boha antigua de 5 agujeros hasta instrumentos con agujeros alternativos y tubos suplementarios de acompañamiento pedal.
CONFERENCIAS
Déjese llevar al país gascón y descubra la boha y todas sus parientes en Francia, Europa o el Magreb. Guiados por la palabra entusiasta y poética de Yan Cozian, hablando sobre los instrumentos de la Gran Landa o las danzas gasconas, probará el sabor de la música tradicional. Una música en perpetua evolución, como lo son los artistas que la defienden.
Las conferencias pueden hacerse de formas variadas, y dirigirse tanto a niños como a adultos. Consulte para un montaje « a la carta ».
COLLOQUE
PUBLICACIÓN DE LAS ACTAS
Les actes du colloque ont été publiés, sont disponibles et peuvent être commandés au Centre départemental du Patrimoine – abbaye d’Arthous – Tél. : 05.58.73.03.89.
Merci encore au Conseil Général des Landes d’avoir perçu l’importance qu’il y avait à réunir toutes ces personnalités qui ont marqué le renouveau de notre cornemuse.
Ces journées de travail nous ont permis de comprendre, d’analyser tout un pan de l’histoire de notre patrimoine musical landais.
Vous trouverez ci-joint en fichiers téléchargeables une partie des interventions de Yan.
Bonne lecture !
– Jeanty Benquet analyse du jeu d’un musicien routinier Par Yan COZIAN : Télécharger
– L’Évolution organologique de l’instrument : Télécharger
– La démarche d’un musicen : Télécharger
– Transmettre et enseigner la cornemuse landaise : Télécharger
COLLECTAGE
HÉRITAGE INSOLITE :
INSTUMENTS DE MUSIQUE DANS LANDES ET EN GASCOGNE
Les Landes possèdent un patrimoine instrumental d’une grande richesse et une pratique
musicale d’une incroyable originalité.
Imaginez des trompes d’appel que les musiciens brisent à la sortie de la messe, une
cornemuse aux origines mystérieuses, un hautbois à anche triple qui n’a jamais pu être
reconstituée. Ce sont là quelques exemples des trésors insolites de nos Pays landais que
vous allez découvrir dans ce livre.
Ajoutez des centaines de musiques et de chansons, la plupart en Gascon et vous aurez un
aperçu de l’abondance du répertoire collecté.
Ces instruments, ces pratiques sont-elles une spéciGicité du territoire landais ou la
conjonction d’apports extérieurs ?
Il est certain que l’enclavement de la Grande Lande, la difGiculté de se déplacer sur ce
territoire jusqu’à la Gin du XIXème siècle ont permis que la pratique d’instruments
traditionnels perdurent plus longtemps qu’ailleurs. Les instruments « modernes »,
l’accordéon, la vielle à roue ont été adopté bien plus tardivement.
Il faut ajouter à cela une véritable aubaine : les
recherches et publications de notre folkloriste
Félix Arnaudin qui a collecté des dizaines de
témoignages, réalisé des photos et acheté des
instruments dont la pratique était en voie
d’extinction. Véritable quête de la mémoire et
du renouveau des musiques traditionnelles
Nous souhaitons regrouper toutes ces informations au sein d’un même ouvrage destiné à
valoriser notre patrimoine musical passé et présent auprès des habitants des Landes,
des visiteurs de nos contrées et des passionnés des musiques traditionnelles
Boha ! Au cœur des Landes :
Una colección de trabajo para afrontar los salvados de la memoria boha
La boha, la cornamusa de Las Landas, es un instrumento de música emblemático de la cultura y el patrimonio de Las Landas.
Es cierto que no se parece a las cornamusas de otras regiones de Francia. Es original hasta el punto de que, cuando hizo falta darle un nombre en francés los etnomusicólogos escogieron el de nuestro Departamento: ¡de Las Landas!
Su historia es rica, especialmente en cuanto a su uso renovado, y sin embargo nunca había sido recopilada. Siendo este un trabajo global de bastante envergadura, se decidió, en una primera etapa, circunscribirlo al Departamento de Las Landas.
Al encuentro de los que salvaguardaron la memoria de la boha.
Durante el verano del 2.012, recorrimos el Departamento de Las Landas a la búsqueda de los que en algún momento, de un modo u otro, se cruzaron en el camino con nuestra cornamusa de Las Landas y quisieron participar en su promoción y salvaguarda.
Nuestro objetivo fue el de recoger y filmar sus testimonios.
Conocimos a los músicos “históricos”: Joseph Barsacq, Jean y Jacques Baudoin, Patrick Benquet, Didier Deblonde, Nano Dupin… Nuestro camino se dirigió igualmente hacia los investigadores Jean Tucoo-Chala y Geo Lasserre, hacia los músicos, fabricantes actuales y las personas que, desde las instituciones, se habían comprometido en la promoción de la boha.
Estos encuentros fueron ricos en intercambios e informaciones, y nos confirmaron que el movimiento de renovación de nuestro boha es una extraordinaria aventura humana. También nos reservaron la sorpresa de descubrir un pihet que no había sido catalogado.
No dudamos de que las numerosas horas de testimonios registrados serán una preciosa mina de datos para futuros investigadores.
El equipo de rodaje estuvo constituido por Bernard Couhault, Redactor Jefe honorario de France 2, y Arnaud Tartinville, cámara profesional.
Colaboradores
Este proyecto recibe el apoyo de:
El Pays Adour-Landes Océanes, mediante fondos Leader europeos y estatales.
El Consejo General de Las Landas.
El Consejo Regional de Aquitania.
La mancomunidad Maremne Adour Côte Sud.
Los muinicipios de Soustons y Labouheyre.
Paraulas e Musicas :
220 decenas de canciones y música recogidos en las Landas en 1960 hasta la actualidad.
Edición bilingüe –francés/gascón- de canciones y música de tradición oral recogidas en Las Landas desde 1.960 hasta nuestros días.
Todos conocemos el notable trabajo de campo llevado a cabo por Félix Arnaudin a finales del s.XIX. Sus obras se reeditaron hace algunos años, lo que atestigua el interés del público por este tipo de trabajos.
Desde aquella obra de recopilación, que se terminó en 1.910, no había habido nuevas publicaciones de melodías populares interpretadas en nuestro Departamento. Sin embargo, fueron muchas, e inéditas, las recogidas sobre todo entre 1.975 y 1.995.
Hoy día los informantes ya han desaparecido, y los jóvenes recopiladores de entonces tienen ahora entre 55 y 65 años. Hasta hoy aquellas recopilaciones no se habían vuelto a transcribir.
Al autor le pareció primordial dar a todo el mundo la posibilidad de poder acceder a la riqueza de nuestro patrimonio musical, y de transmitirla a las generaciones futuras. Hoy ya es un hecho, a través de este libro que reúne más de 200 melodías, canciones y danzas, que no fueron anotadas a comienzos del s. XX por Félix Arnaudin. Este trabajo es de interés, por supuesto, para todos los músicos tradicionales de Gascuña y de otras partes, pero también para todos los enamorados de la cultura y la lengua gasconas.
Presentación de la obra
– Formato 20×21.
– Presentación bilingüe de los contextos culturales y musicales.
– 220 partituras con letra en gascón (como fueron recopiladas) y su traducción al francés.
El autor
Yan Cozian, músico y cantante conocido y reconocido en la esfera de la música y la danza tradicional, es responsable del departamento de música y danzas tradicionales del Conservatorio de Las Landas. Investigador, ha publicado numerosos trabajos, y fue el creador del coloquio « Cornemuses landaises » y coordinador de la redacción de sus actas.
Los autores de esta edición.
Prefacio de Jean Jacques Casteret, etnomusicólogo.
Artículos sobre los informantes, por Michel Harismendy, recopilador, y Jean Tucoo-Chala, conservador.
Dibujos originales de Sylvie Forestier, artista bayonesa.
L\’Institut Occitan – In\’Òc – por las traducciones.
Antoine Roque de el Atelier des Brisants, y En Companhia por la coedicción.
El Consejo General de Las Landas, por el apoyo a este proyecto.
Campanaire :
El Consejo General de Las Landas confió a Yan Cozian la misión de registrar a los últimos campaneros -tocadores de campanas- del Departamento de Las Landas.
El campanero, un personaje en el centro del pueblo y fuera de lo común.
Desde mi primer encuentro con los campaneros me di cuenta rápidamente de que me hallaba frente a personajes fuera de lo común. Tocar las campanas iba mucho más allá de la simple misión de uno o varios tintineos con el fin de dar las horas. El campanero encarna una verdadera dimensión social, siendo a la vez intérprete e informador. Es respetado por todos y se le atribuyen a veces poderes sorprendentes, diríamos incluso perturbadores para los hombres del siglo XXI que nosotros somos.
Aunque no haya estado siempre totalmente identificada, a nadie se le escapa que el campanero tiene una función, que es la de informar. Cuando toca al ángelus, la llamada a un oficio religioso o “a rebato”, comunica informaciones codificadas que todo el mundo podía comprender fácilmente. A veces el lenguaje codificado era tan preciso que se podía incluso saber quién acababa de morir.
Es por lo tanto fácil de comprender que el campanero, por esta proximidad que tiene con lo religioso en general, y la muerte en particular, es un personaje fuera de lo común. Y sabiendo además que él mismo se atribuye, y que el pueblo le atribuye también, el poder de dispersar las nubes de granizo -pavor del agricultor- pasamos a otra dimensión casi chamánica que hoy en día nos es difícil de percibir. Volviendo a una aproximación más musicológica, acercarse a los campaneros es encontrar a actores sonoros supervivientes de un mundo rural que no acaba de desaparecer, en el cual, antes, la música, el canto o las llamadas de las campanas formaban parte de lo cotidiano.
El campanero, ¿informador, intérprete o músico?
Cuando se me planteó la cuestión de saber qué son los campaneros, y, especialmente, si pueden ser considerados músicos, me fue difícil aportar una respuesta formal. Y no a causa del reducido número de supervivientes de esta práctica en vías de extinción.
No obstante, el análisis de los contextos y prácticas que he podido observar me han llevado a algunas reflexiones y esbozos de respuestas.
La campana, un instrumento musical completo.
Es interesante analizar la manera que tienen los campaneros de utilizar el instrumento cuando buscan obtener dos sonidos diferentes. El caso más evidente de observar es aquel en el que hay dos campanas y el campanero toma un batiente en cada mano y alterna los sonidos de cada una. Pero resulta más sorprendente la práctica que desarrollan los tocadores de campanas que no tienen más que una sóla campana a su disposición: cogen un guijarro en cada mano y alternan la mano derecha y la mano izquierda, buscando timbres diferentes en la campana. Cualquier percusionista tradicional, africano o cubano, nos dirá que a partir del momento en que su instrumento puede producir dos sonidos distintos se puede improvisar, componer e interpretar. Se trata del mismo caso que el músico del triángulo en la orquesta sinfónica. Resulta así que el instrumento “campana” me parece propicio para seducir a un instrumentista, ofreciéndole un vasto campo de expresión.
El campanero, un intérprete apasionado.
Es incuestionable que los tocadores de campanas son totalmente conscientes de estas posibilidades de ejecución que permite la alternancia de los golpes, y las explotan totalmente, haciendo así variar la intensidad, el ritmo y el timbre. Se implican real y completamente en su interpretación. Recuerdo la grabación de un ángelus que, tocado por la misma persona, lo era de manera muy diferente según yo estuviera al lado o que ignorara mi presencia. Dependiendo de que desee “deslumbrar” o “castigar” a su auditorio, el intérprete – pues se trata exactamente de eso – puede por lo tanto crear voluntariamente resultados sonoros muy diferentes.
Sin embargo, si le planteamos esta cuestión al propio campanero, que tiene algunos prejuicios en este sentido, no estará de acuerdo con el calificativo de músico para sí mismo, por varias razones.
En primer lugar el campanero nos dirá que “no conoce la música”, aludiendo así a que no toca música ayudándose de una partitura escrita. En esto es víctima del mismo complejo que los músicos tradicionales, que sabían hacer bailar durante horas pero negaban su estatus de músicos cuando se les planteaba la cuestión. El campanero es, no obstante, el superviviente por línea directa de aquellos músicos populares, actores del mundo rural, que interpretaban su partitura oral ensayándola cantando. Todos los campaneros que he conocido ensayaban, revisaban y reproducían en su casa las secuencias que reinterpretaban los días siguientes en su campanario. Estos sonidos, golpeados sobre la mesa, o incluso cantados, resultaron los más emotivos, no teniendo otra función que mantener la memoria y la calidad de la interpretación.
En segundo lugar, el campanero nos explicará que su tarea se limita al hecho de tocar para informar, y por lo tanto no puede ser considerado un artista, como si el aspecto “útil” restara valor a su práctica. Si lo analizamos, esta consideración se revela un error. Podemos constatar que, antes, la música funcional era compartida por otros músicos. El músico de clairon es un ejemplo de ello: él también tenía una función y un repertorio bien definidos, y nadie ponía en duda su estatus de músico.
Además de estos argumentos sobre la escritura musical y la funcionalidad, algunos podrían igualmente argüir que la interpretación de un repertorio reducido no puede otorgarles el estatus de músicos.
Pero esto sería desconocer el principio mismo de la música tradicional y popular.
Un alma de artista.
Todos los campaneros que he tenido la suerte de conocer son conscientes del poder que detentan y del interés que suscitan ante la población y las autoridades locales. Esta posición produce numerosos comportamientos “afectados”, como la propensión a hacerse rogar para tocar, o, como ha sido comentado anteriormente, el hecho de modificar su interpretación según el auditorio. Y cuando abordamos la cuestión de la transmisión de su saber hacer, celosos de su arte, con frecuencia eliminan potenciales aprendices por miedo a ser suplantados o perder protagonismo.
En resumen, observando a estos actores en una práctica en vías de extinción, pudimos constatar que el campanero se apropia de su instrumento, que es consciente de ser escuchando, estando él mismo a la escucha de las reacciones de su público, que adapta su ejecución a las circunstancias y al auditorio y, en fin, que ensaya su ejecución fuera de su contexto. Estamos claramente en presencia de un intérprete y de un músico, pero también de un artista en el alma.
Estos artistas estaban a nuestro lado, y lo están aún en los pocos pueblos donde aún tocan, pero con frecuencia los hemos ignorado. Más inclinados a maravillarnos escuchando un tambor tradicional africano o a un cantante pigmeo, cuando menos, hemos infravalorado la extraordinaria riqueza musical del campanero que vivía a nuestro lado. Lo prat deu vesin… El prado del vecino…, decididamente, está siempre más verde.
Yan Cozian